miércoles, 18 de julio de 2012

Una historia Real e Imaginaria.

Una vez planté un Bonsai en mi jardín.Mi mejor amigo me lo recomendó y además me dijo que pegaba con mi manera de ser y mi personalidad y como siempre tomo sus consejos así lo hice.
Lo planté exactamente... Sí ,un 1 de Junio el tiempo estaba soleado y yo tenía la intuición de que iba a tener un buen día.
Pasaban las horas, los días, las semanas y yo más me encariñaba con ese pequeño y curioso ser, todos los días lo regaba para que no tuviera sed, lo podaba para que fuera grande y majestuoso e incluso le susurraba palabras hermosas con el fin de hacerlo feliz.
Un mes más tarde exactamente vino una ráfaga de viento y mi Bonsai salió despedido al jardín de al lado, me apresuré y corrí lo más rápido que pude.Cuando lo encontré estaba aturdido, como confundido en un rincón, lo cogí entre mis brazos y lo llevé a un lugar seguro; a casa, conmigo, donde debía estar.
Desde ese momento lo atendía más que nunca, y me preocupaba pero él no lo entendía, estaba dañado por la catástrofe y cuánto más cariño intentaba mostrarle ,más torcido y marchito se ponía, ya no era igual.
Aveces  he pensado en dejarlo ahí solo y despreocuparme, pero, no puedo.Hay una voz en lo más profundo  y recóndito de mí que me dice que lo cuide y lo proteja porque él necesita de mi, aunque no sepa pedirlo.
Otras veces sólo pienso: "¿Qué más da?" " Sólo es un pequeño e insignificante arbolito y además hay miles como él".
Pero mi sentimiento es cada vez más fuerte e intenso, me paso todo el tiempo pensando en él , en como era todo antes de aquel terrible accidente y lo más curioso es que cuando miro el presente, duele.

"La paciencia en un árbol de raíz amarga pero de frutos muy dulces"

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